Hay un caso famoso en la Administración Pública, de hace ya algunos años, la licitación de una obra importante. Lo ganó la empresa que querían que ganara, pero otra de las empresas licitadoras se mosqueó porque las bases de los pliegos olían a chotuno.
Total que le dio por buscar los metadatos de los ficheros publicados del concurso y encontró lo siguiente: eran ficheros .pdf pero que originariamente habían sido confeccionados en Word, la licencia Word no correspondía a ninguna Administración Pública, sino que estaba registrada a nombre de la empresa ganadora, incluso aparecía el nombre del empleado que había hecho esos ficheros.
Una vez hechos públicos estos datos con la consiguiente reclamación, el concurso fue anulado y declarado desierto.
¿Y rodaron cabezas?